25.09.2016: Mi primer y no último medio maratón.

Después de casi un año sin escribir, por falta de tiempo y ganas, he encontrado un motivo para empezar de nuevo. No se trata de escribir mi día a día en Alemania, ni de mi batalla contra los kilos, sino de mis experiencias corriendo. Quién me iba a decir a mí hace un par de años que iba a poder correr sin parar más de una hora ;)

Que quede claro que no soy ejemplo para nadie, de hecho cometo muchos fallos y estoy abierta a críticas, porque de lo que se trata es de mejorar y aprender cada día. Unos de mis fallos fue usar unas playeras muy estrechas y perdí la uña del dedo gordo del pie mientras entrenaba a principios de julio 2016 (ver foto aquí).

Lo peor no fue perder la uña, sino oir a mi podólogo decir que me olvidara de entrenar si quería recuperar la uña, si no corría el riesgo de dañar la matriz de la uña y que nunca más me saliera. Llevaba entrenando duro más de 4 semanas y no me gusta rendirme. Pero le hice caso y dejé un par de semanas el entreno. Lo unico que recuerdo de esa tarde es que llegué a casa y me puse a llorar. Me daba mucha pena que no iba a poder correr mi primer medio maratón, que soñaba desde hacía un año :(

En vez de quedarme en casa triste, pedí cita a una ortopeda y me hizo un plan de entreno con carreras cortas y bicicleta para prepararme para el medio maratón en el 2017 y yo para mis adentros no le dije que estaba ya apuntada al de 2016. Me recomendó comprarme unos zapatos de deporte (ver foto aquí) más grandes y poco más. También me dijo que si no era capaz de correr 10 km en una hora que me olvidara de correr un medio maratón, que desmotivación por Dios. Lo que me dijo a la cara es que me sobraban por lo menos 20 kilos, o sea, me llamó GORDA con todas la letras. A veces pienso que la gente se cree que soy tonta porque no hablo alemán perfecto. Pero vamos, que me agarró la chicha y aunque me lo hubiese dicho en chino me habría quedado clarito. Y quizá lo que en principio me pareció una falta de respeto, después me hizo pensar que tenía razón. De hecho le dije que ya estaba yendo a una  endocrina para bajar los kilos que me sobran, no ya por estética, que también, sino para mejorar mi salud y correr más rápido. Ahora mismo corro con una mochila llena de mi sobrepeso.

Total, que después de mi viaje a Japón, donde otra cosa no pero caminar, caminamos una media de 11 km diarios, empecé a correr de nuevo poco a poco y a caminar largas distancias, siempre con cuidado y con visitas al podólogo cada 6 semanas. Lo peor que me pueden decir es que NO voy a ser capaz de hacer algo, porque más ganas le voy a poner y no voy a parar hasta conseguirlo. Ya me ha ocurrido un par de veces en mi vida, de que gente a mi alrededor me diga que no puedo hacer algo. Qué empeño de desmotivar a la gente.

Así que después de solo unas 8 semanas de entreno, y aunque no me veía 100% preparada, nunca había corrido más de 10 km, el día antes del maratón me estaba pensando si correrlo o no. Mi novio corría ese día su primer maratón y el año pasado en su primer medio maratón yo fui de espectadora y en la grada me prometí a mi misma que en su próxima carrera yo iba a participar, aunque fuera la última en llegar a la meta. El día antes de la carrera fui en bici, unas 2 horas, a buscar mi dorsal y se me saltaron hasta las lágrimas de la emoción.

Con la lesión en mi uña, sabía que no iba a poder correr a un gran ritmo, pero ese día había maratón, medio maratón corriendo y caminando y caminar sí que podía. Así que decidí, que en vez de quedarme en casa tumbada en el sofá, iba a ir a participar y aunque fuera caminando, iba a hacer los 21.1 km. Como que me llamo Verónica!!! Eso sí, mi plan B era que sabía que por el trayecto que corríamos habían paradas de tranvía y si me entraban dolores en el pie me volvía con el tranvía de vuelta ;)

Pues allí estaba con mi novio y un amigo de él, esperando a que dieran la salida. Qué nervios!!! Yo corría sola. Nunca había corrido más de 10 km y no sabía como mi cuerpo iba a reaccionar. Me llevé unas botellitas de bebida isotónica de limón en un cinturón por si acaso no había suficiente agua por el camino, pero al final no me hizo falta. Y después de darle un besito a mi novio, puse en marcha mi POLAR M400 y la música a todo volumen. Iba a disfrutar cada paso, cada metro que pudiera correr.

Había mucha gente animando, un par de personas corrieron el maratón descalzos y recogían dinero para donarlo a niños con problemas. Yo me dije, si ellos corren descalzos el maratón completo, como no voy a correr yo medio???  A eso del km 8 me encontré a mi jefe con su familia que iban a animar a un familiar y me animaron todos. VERONICA, VAMOS, VAMOS, YA QUEDA MENOS!!!!

Sobre el km 10 una vecina y todos sus acompañantes me animaron también y como con la música no la oí, se echó a correr detrás de mí hasta que me alcanzó para saludarme. Qué graciosa!!!

Yo iba sonriendo, haciendo la payasa, y disfrutando cada paso, porque sabía que igual era el último y que tendría que abandonar la carrera si me entraban los dolores en el dedo del pie. Llevaba un par de km detrás de una joven que veía que corría a mi ritmo y sola. Me acerqué a ella y le pregunté si podía correr con ella, porque era mi primer medio maratón y sabía que si después del km 10 no corría con alguien iba a terminar caminando. Se llamaba Christina y no era su primer medio maratón. Estuvimos charlando desde el km 11 hasta casi el 18 cuando me dijo que estaba corriendo más rápido que la última vez y que no se sentía bien. Al final acabé acompañándola a una ambulancia y aunque no me quedé muy tranquila, me dijo que nos veríamos en la meta, que siguiera los últimos km sola.

Con el susto en el cuerpo por lo que le había pasado a Christina y pensando que si le había pasado a ella con más experiencia, también me podía pasar a mí, me tomé los 3 últimos km más relajada. El objetivo era llegar y como esos km eran casi en zona peatonal, la organización no me iban a retirar de la carrera :)

Esta era una carrera para mí misma, nadie me estaba esperando en la meta. Mi novio estaba a más de la mitad de su maratón y su familia de viaje. Nadie me sacó fotos llegando, aunque después me enteré que sacaban video por todo el trayecto y yo sin saberlo haciendo la tonta jajajajja

Y ahí estaba yo, después de 21.1 km cruzando la meta de mi primer medio maratón. Qué emoción! Se me saltan las lágrimas de recordarlo. Se lo dediqué a todos los que me dijeron que no lo lograría. No fui la primera, pero tampoco la última. Para no haber entrenado suficiente, lo logré en menos de 3 horas. Lo importante para mí, es que no me quedé en casa encerrada llorando sino que lo intenté y lo logré.

Lo mejor no fue cuando me pusieron la medalla en le cuello, sino cuando ya en la meta vi que Christina ya estaba allí y tenía mejor cara. Habían llamado a su novio para que la fuera a recoger. Cosas del destino, lo mejor de la carrera fue conocer a Christina, una luchadora que como yo,  no se rinde cuando vienen baches y que tiene muchas cosas en común conmigo. Tiene un blog https://dierennschnecke.com/ (traducido del alemán "el caracol que corre") donde cuenta sus experiencias corriendo y ella es el principal motivo de que hoy esté escribiendo de nuevo en mi blog. A ella le dedico esta entrada, porque pensé que no la iba a volver a ver más y coincidí en otra carrera el domingo pasado, pero eso ya os lo cuento en la próxima entrada.  Espero poder algún día salir a correr con ella :)

Después bebí y comí un poco y fui a la grada del público donde acababan de llegar la mujer y familia del amigo de mi novio. Estuvimos esperando casi una hora que llegaron ellos a meta. Mi novio consiguió su primer maratón en casi 4 horas. Qué orgullosa estoy de él!!!

Y aunque hayan pasado ya 3 meses no creo que vaya a olvidar fácilmente ese día. Luché cada paso y al final tuve mi recompensa.


Nota: voy a intentar escribir una entrada a la semana, con los entrenamientos para mi próximo medio maratón :)